NOTIVIDA, Año X, Nº 698, 3 de junio de
2010 Senado de la
Nación HOMOMONIO EN EL SENADO: 3º REUNIÓN DE
COMISIÓN La próxima reunión será el martes Por
Mónica del Río Se
realizó hoy la tercera reunión de la Comisión de Legislación General del Senado
que tiene en estudio el Proyecto de ley en revisión que intenta legalizar el
seudo-matrimonio homosexual (Vid Notivida Nº 690 y 697). Los
oradores Mariano Rapetti, de la Agrupación “Putos
Peronistas”: contó que están trabajando desde el 2007 en La Matanza. Tras
ponderar el gobierno de los Kirchner, Rapetti dijo: “somos laburantes
contemplados por el poder político” y “vamos por más”. Citó a Evita: “donde hay
una necesidad hay un derecho” y añadió “un derecho que no es para todos es un
lujo”. Afirmó que “la doctrina justicialista es cristiana y humanista” y que hay
“dos cristianismos: el que duerme en las instituciones y el que late en el
pueblo”. “Es la religión del cuerpo”, prosiguió, pero “hay dos cuerpos el
Eucarístico y el biofísico del pobre”. Se dedicó finalmente a fustigar el “lugar
que ocupó la jerarquía católica en los golpes militares”.
Rolando Hangling, el periodista y conductor
comentó que su programa radial era diario y que estaba armado en base a llamados
y mails de la gente lo que le permite conocer el pensamiento de la población,
“pocas veces favorable al matrimonio gay”. Propuso un plebiscito, por la
magnitud del cambio social en juego. Desligó a Buenos Aires “con un circuito
comercial ‘gay friendly’”, del interior “que nos observa con estupor”. Pidió que
se separe homosexualidad de matrimonio y ambos de adopción. “Los homosexuales
deben ser respetados y protegidos”, el matrimonio exige “varón y mujer”
(“independientemente de la religión que se profese y aunque no se profese
ninguna”) y en la adopción hay que pensar en los chicos que “tienen el derecho
humano a una familia”. “Yo tengo 64 años, -manifestó- y no pretendo estar
primero en una lista de adopción, me parece lógico que se entregue el niño a una
pareja más joven que lo pueda acompañar más tiempo y no me siento discriminado”.
Juan Cianciardo, Decano de la Facultad de
Derecho de la U.Austral: planteó interrogantes de cara al “juicio de analogía”
con el que el legislador distinguió quiénes pueden casarse: ¿es justo o es
errado? ¿con qué parámetros juzgamos? ¿qué lo vuelve inconstitucional? ¿toda
distinción es inconstitucional? Y concluyó: “la condición de la disparidad de
sexos es razonable”, no se opone a la igualdad y no es la única condición, con
el mismo criterio hay “heterosexuales que se podrían sentir discriminados”.
“Valorar unas uniones más que otras no entraña valorar a unas personas más que a
otras”. El amor “es un compromiso de donación plena entre varón y mujer”,
remató, y exhortó a los senadores “a rechazar el proyecto y presentar otros que
protejan la familia”. Mónica Pinto, Decana de la Facultad de Derecho
de la UBA: habló de “la igualdad de derechos consagrados por la Constitución
Nacional”. Dijo que “todos tienen igual derecho
a tener derechos”. Afirmó que el concepto de sexo ha avanzado hacia el “género”.
Sostuvo, entre otras cosas, que: “no se puede imponer a otros parámetros morales
y modelos de conducta”, que “en un mundo en evolución los nuevos modelos
familiares encontraron espacio” y que “la democracia nos compromete con todos”.
Ponderó El Plan Nacional contra la
Discriminación “confeccionado a pedido de la (ex) Alta Comisionada de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary
Robinson” y leyó parte del Plan referida al tema. Martín Bohmer, Decano de la Facultad de
Derecho Torcuato Di Tella: sostuvo que “cada uno puede elegir su plan de vida
con tal que no dañe a terceros”. Señaló que a la libertad (de elegir) y a la
igualdad (basada en la no discriminación) había que añadir la fraternidad
política. En este momento de “fraternidad política”, aseguró, “la comunidad
homosexual está marginada”. Enfatizó que “venimos de una noche de violencia y
exclusión” y que “somos hijos de la shoá”. Elogió a las Madres de Plaza de Mayo
por haber “resignificado los derechos humanos” añadiendo que “sobre esa
resignificación fundamos los derechos de los que gozamos”. Remató pidiéndole a
los legisladores un “gesto político”, “no que piensen por nosotros porque somos
grandes, que recojan el guante que les arroja la sociedad y dicten una ley que
termine con la desigualdad”. Gabriel Limodio, Decano de la Facultad de
Derecho de la UCA: hizo una breve referencia al contenido de la ley. Replicó a
los que reclaman “una ley laica” que se “legisla con la Constitución Nacional,
no con la Biblia”. Afirmó que “nadie incorpora datos religiosos” y que se
confunde laicismo con laicidad; se apoyó en párrafos de la versión taquigráfica
de la sesión de Diputados en la que el proyecto obtuvo media sanción. Se refirió
finalmente al “orden público que el espíritu de la ley en estudio pretende
alterar”.
Nicolás Laferriere, director de Investigación Jurídica
Aplicada de la UCA: tomó un solo aspecto del proyecto en debate, lo que le
permitió desarrollarlo mejor y evitar reiteraciones. Laferriere se centró en las
consecuencias que esta reforma del Código Civil acarrearía en el sistema
filiatorio y, consecuente, en la identidad. Partiendo de que las uniones de
personas del mismo sexo, son infecundas y por ende no pueden tener “hijos
matrimoniales”, mostró fundadamente las incoherencias jurídicas que devienen de
la sanción de Diputados. Tras ello enfatizó que no se trata sólo de un problema
de técnica legislativa, que “hay en juego cosas mucho más profundas”, “que es
una ley injusta que importa la alteración de
valores”. Hernán Mathieu, Decano de la Facultad de
Derecho de la UCALP: aseguró que los autores del proyecto no previeron “el
desbarajuste” jurídico que esta reforma del Código provoca en otros temas.
Exhortó a los legisladores a no trasgredir el límite que les impone la
naturaleza. Separó la figura del homosexual, “al que nadie humilla y si lo hace
delinque”, del reconocimiento jurídico de sus uniones. Marcó que cuando hay
diferencias no hay discriminación y que muchas veces se fijan condiciones, por
ejemplo, “para ocupar un cargo público hace falta idoneidad”. Jorge Perrino, titular de Derecho de Familia
de la UCALP: explicó que los tratados, en general, hablan de personas y que sólo
al referirse al matrimonio mencionan expresamente: “varón y mujer”, lo mismo,
añadió, se incluyó en la ley de divorcio vincular por iniciativa de Fernando De
la Rúa. Los esposos, sostuvo, “no
son parientes, forman una unidad”. “El bien de los esposos exige la fecundidad,
se donan mutuamente y son uno, y ese amor se plenifica en los
hijos”. _________________________________________ NOTIVIDA, Año X, Nº 698, 3
de junio de 2010 Editores: Lic. Mónica del Río y Pbro.
Dr. Juan C. Sanahuja Página web: www.notivida.org Email:
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