Dudas
sobre la RU-486
La píldora abortiva tiene
apoyos, enemigos… y víctimas
La píldora
abortiva RU-486 causa una vez más divisiones. Los defensores de este
medicamento, también conocido por sus nombres más técnicos de Mifeprex o
Mifepristone, están intentando obtener los permisos para introducir la píldora
en Italia y en Australia.
En
Australia, la píldora abortiva ha sido prohibida por las autoridades federales.
Desde 1996, las importaciones de la píldora requieren una aprobación específica
del ministro de sanidad, que normalmente la deniega.
Tras las
últimas presiones para permitir que se vote el levantamiento de las
restricciones, el primer ministro John Howard anunciaba el 29 de noviembre que
los miembros del parlamento podrían emitir un voto de conciencia y libre sobre
el tema, informó el 30 de noviembre el periódico Age. La votación podría tener
lugar el próximo febrero.
Los
argumentos a favor de la RU-486 recibieron mayor apoyo tras el cambio de
política de la Australian Medical
Association que ahora apoya su uso, informó el 8 de noviembre
el Sydney Morning Herald.
La líder del
partido demócrata australiano, Lyn Allison, anunció poco después su intención de
introducir enmiendas a la legislación que eliminarían las restricciones
actuales. La iniciativa de los demócratas australianos, un pequeño partido
político, recibió apoyo de miembros de los dos principales partidos, el liberal
y el laborista.
Quienes se
oponen a la píldora han apuntado algunas preocupaciones que dimanan de su
utilización. En un artículo de opinión publicado el 12 de noviembre en el
periódico Australian, Christopher Pearson hacía notar que algunas mujeres habían
fallecido tras utilizar el medicamento.
«Eventos
adversos»
Según
Pearson, la primera fatalidad de la que se tiene conocimiento tuvo lugar en
Francia en 1991. Luego indicaba que dos muertes en Canadá llevaron a
funcionarios de la nación, en septiembre del 2001, a suspender temporalmente los
ensayos de este medicamento. Aquel mismo año, una mujer de 38 años de Tennesee
murió después de haber tomado el medicamento. En Suecia una niña de 6 años
falleció tras la administración de la RU-486 en un hospital. En enero del año
pasado, el gobierno británico anunció dos muertes que se atribuyeron a la
RU-486.
En Estados
Unidos se ha informado de cierto número de fatalidades. Ha habido siete casos
casi fatales de graves infecciones bacterianas. Se han registrado otros 72 casos
en los que se necesitaron transfusiones de sangre. En total, las autoridades han
anotado 676 «informes de eventos adversos», según Pearson.
También
indicó que, según la advertencia preliminar del Departamento de Salud y
Servicios Humanos de Estados Unidos, hasta un 10% de las mujeres que utilizan la
RU-486 acaban en un hospital sometiéndose a un procedimiento de dilatación y
cura.
Pro-mujer
La oposición
a la píldora también ha venido de la Iglesia. «La RU-486 es una respuesta
química a los complejos problemas a los que se enfrenta una mujer que se queda
embarazada en circunstancias difíciles. Pero no es la solución», afirmaba, el 20
de noviembre, la Dr.
Brigid Vout, directora ejecutiva de la Life Office archidiocesana de
Sydney al Catholic Weekly, el periódico semanal diocesano.
La doctora Catherine
Lennon, presidenta de Doctor
for Life en el estado Nueva Gales del Sur, describía la RU-486 como un
«pesticida humano» altamente tóxico. Observó que causa graves deformidades
físicas en los bebé sobreviven y que puede hacer grave daño físico y psicológico
a las mujeres que se enfrentan a perder un bebé de 6 a 12 semanas de desarrollo
solas en casa.
Durante una
asamblea plenaria de los obispos católicos australianos, celebrada en Sydney,
hicieron pública una declaración el 25 de noviembre sobre la RU-486. «Esta
solución química a un importante problema social y personal no es en realidad
una solución», declaraban.
Citando al
Papa Juan Pablo II, los obispos defendían que es el momento de que la comunidad
se vuelva «radicalmente pro-mujer». «Multiplicar los métodos de aborto sólo será
multiplicar la pena», concluían.
Infecciones
En los
últimos meses han surgido nuevas informaciones de problemas con la píldora. El 18 de
julio, Reuters informó de que el fabricante del medicamento, Danco Laboratories,
había admitido que cinco mujeres que tomaron la píldora murieron de infecciones
bacterianas, desde su introducción en Estados Unidos hace cerca de cinco años.
Una de las muertes tuvo lugar en Canadá.
Danco
declaró que había enviado una carta alertando a los médicos sobre los casos y
había puesto información de advertencia en la etiqueta del medicamento. La
etiqueta ya lleva una advertencia sobre la posibilidad de que las mujeres que
consumen el medicamento tengan infecciones graves y, en ocasiones, fatales,
según Reuters.
El New York
Times informó el 23 de noviembre de que la Administración para la Alimentación y
los Medicamentos de Estados Unidos (FDA) había descubierto que cuatro mujeres,
que murieron en Estados Unidos tras tomar la píldora abortiva, sufrieron de una
infección bacteriana rara y altamente letal.
Las cuatro
muertes tuvieron lugar en California, y el FDA llevó a cabo pruebas para ver si
las píldoras distribuidas pudieran estar contaminadas. No lo estaban, informó el
New York Times. El FDA y centros federales para el control y prevención de
enfermedades han decidido convocar un encuentro científico a inicios del próximo
año para debatir sobre estas muertes.
Según el
periódico, la píldora abortiva se ha utilizado en más de 500.000 abortos médicos
en Estados Unidos desde su aprobación en septiembre del
2000.
Como
consecuencia de las últimas informaciones, el senador norteamericano por
Carolina del Sur, Jim DeMint, declaró que la FDA le había informado que se
restringirían las ventas de la RU-486, si resultaba que las muertes estaban
relacionadas con el medicamento, informó el 27 de noviembre el Baltimore Sun.
«Son conscientes, cada vez más, de que es un medicamento peligroso», afirmó
DeMint en la entrevista.
Presión en
Italia
En Italia,
el gobierno restringe la importación de la RU-486. Pero algunas autoridades
regionales están presionando para permitir el uso de este medicamento. Los
hospitales de las regiones del Piemonte y la Toscana, y algunos de Roma, se han
mostrado favorables a utilizar una medida administrativa que permitiera la
importación de la píldora en algunas circunstancias, informaba La Repubblica el
15 de noviembre.
El periódico
también informó de la oposición a estas presiones. El ministro de sanidad
italiano, Francesco Storace, se quejó sobre esta suerte de competición de
algunas autoridades regionales, inspirada en valores negativos, como es la
promoción del aborto.
La prensa
italiana ha informado ampliamente sobre el tira y afloja resultante entre el
ministro de salud y las autoridades regionales. Desde julio, se ha publicado
información contradictoria sobre los planes de algunos hospitales de utilizar la
píldora abortiva, y la cuestión ha quedado sin resolver.
Un artículo
del 22 de septiembre en el periódico La Stampa informaba de que Storace había
firmado una orden prohibiendo el uso de la píldora abortiva, introducida para
uso local poco antes por el Hospital de Santa Ana de Turín. Pero otra
información, en La Repubblica el 14 de noviembre, afirmaba que algunos expertos
del gobierno piensan que la importación del medicamento es todavía legalmente
posible si es autorizada por los responsables del
hospital.
La
controversia sobre la píldora abortiva se ha mezclado con la preocupación por
los centros consultivos en Italia que aconsejan a las mujeres abortar. Las
organizaciones pro vida y la Iglesia están presionando para que haya presencia
de representantes pro-vida en los centros, para dar a las mujeres una
alternativa al aborto cuando buscan consejo.
En una
declaración con fecha 21 de noviembre, los obispos italianos observaban el
esfuerzo en curso para abolir las normas que cuidan la vida desde el momento de
la concepción.
Afirmaba que el esfuerzo, hecho presumiblemente en nombre de la
libertad y la felicidad, es un «trágico engaño» que sólo conducirá a la
esclavitud y a la infelicidad de quienes construyen su futuro basándose en sus
deseos subjetivos y los medios técnicos separados de cualquier base ética. Una
advertencia digna de reflexión.
Fuente: Agencia Zenit, 10 diciembre
2005 (ZENIT.org).